Un adolescente aborigen con discapacidad intelectual pasó más de 500 días en confinamiento solitario en el problemático centro de detención juvenil de Cleveland en Queensland, Australia. Este caso, descrito en la corte como un "gran fracaso de nuestro sistema", pone de manifiesto la necesidad urgente de reformas en el trato a los jóvenes en los sistemas de justicia penal.
Michael*, ahora de 19 años, pasó más de dos años en prisión preventiva en el centro de Townsville mientras el tribunal de menores trataba cargos relacionados con un violento ataque sexual a una niña de 16 años. Durante 744 días en la prisión juvenil, Michael estuvo sujeto a un régimen de "confinamiento solitario bastante rutinario", donde regularmente estaba encerrado en su celda durante más de 20 horas al día. Este régimen se debió en gran medida a problemas de personal en el centro.
El confinamiento solitario, especialmente durante períodos prolongados, puede tener efectos devastadores en la salud mental y física de una persona. En el caso de Michael, este tratamiento inhumano fue el resultado de fallas organizativas y falta de personal, más que una respuesta a su comportamiento.
El confinamiento solitario no solo es inhumano, sino que también es ineficaz como forma de rehabilitación. En lugar de aislar a los jóvenes, deberíamos centrarnos en proporcionarles las herramientas y el apoyo que necesitan para reintegrarse en la sociedad.
Es hora de que nos unamos y hagamos un llamado para poner fin a esta práctica deshumanizante. Todos merecemos ser tratados con dignidad y respeto, independientemente de nuestras circunstancias.
*Nombre cambiado para proteger la identidad del individuo.