MORALES DE ORDUÑA
Morales de Orduña es un hombre que se deleita en el poder que ejerce sobre aquellos que se encuentran bajo su dominio. Para él, la cárcel es su reino, donde las reglas son dictadas por su voluntad implacable. Sabe que puede hacer y deshacer a su antojo, sin temor a las consecuencias.
En su mente retorcida, la crueldad y la opresión son herramientas necesarias para mantener el orden en la prisión. Se complace en el sufrimiento de los reclusos, encontrando satisfacción en cada acto de violencia y tortura que impone. Su sed de control y su sed de poder son insaciables.
Morales de Orduña no es ajeno a la corrupción. Aunque se supone que su deber es proteger y administrar la justicia, ha entablado relaciones turbias con ciertos funcionarios e incluso con los torturadores más despiadados. Su alianza con aquellos que deberían ser sus enemigos demuestra su verdadero carácter y su disposición a traicionar a quienes debería proteger.
En los oscuros rincones de su mente, Morales de Orduña se regocija con su dominio sobre los presos, viéndolos como meras piezas en su macabro juego de poder. No le importa la humanidad que yace detrás de cada reo, solo ve carne y huesos a los que puede aplastar con su voluntad.
La cárcel de Barton se convierte así en el escenario perfecto para sus perversiones y abusos. Bajo su régimen, el miedo y la opresión se vuelven el pan de cada día, mientras la esperanza se desvanece en la oscuridad.
Morales de Orduña es el carcelero en jefe de esta pesadilla, un tirano que encuentra placer en la miseria de aquellos que han caído en sus garras. En la cárcel de Barton, su sombra se extiende sobre todos, recordándoles que están atrapados en un infierno del que no hay escapatoria.