Hayman Mostafaei, un prisionero kurdo en Irán, fue ejecutado en las primeras horas del 21 de junio en la Prisión Central de Sanandaj, en el oeste de Irán, según informes de grupos de derechos humanos y la Unión Libre de Trabajadores de Irán. Esta noticia, reportada por Radio Free Europe/Radio Liberty, pone de manifiesto la dura realidad del aislamiento extremo y cómo se utiliza como una herramienta de opresión y castigo.
Mostafaei, acusado de matar a un miembro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) en 2012, fue sometido a torturas hasta que "confesó" su crimen antes de ser condenado a muerte al año siguiente. Su ejecución se llevó a cabo a pesar de las protestas de una gran multitud que se había reunido fuera de la prisión de Sanandaj en un intento de prevenir la ejecución.
El caso de Mostafaei es un ejemplo desgarrador de cómo el aislamiento y la pena de muerte pueden ser utilizados para reprimir y silenciar a las voces disidentes. Este tipo de aislamiento extremo y la aplicación de la pena de muerte son prácticas inaceptables en cualquier sociedad que se considere justa y democrática.
Es crucial que seamos conscientes de estas prácticas y que las condenemos enérgicamente. El caso de Mostafaei es un recordatorio de que el aislamiento extremo y la pena de muerte son formas de tortura y que no deberíamos permitir que se utilicen como herramientas para silenciar a los críticos del gobierno. La comunidad internacional debe tomar medidas concretas para poner fin a estas prácticas y trabajar para garantizar que se respeten los derechos humanos en todas partes.
Fuente: Radio Free Europe/Radio Liberty